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No se puede motivar a nadie

No se puede motivar a nadie

Siempre que suelto esta frase en una clase, especialmente cuando los asistentes son maestros, hay lo más parecido que he visto a un shock colectivo. Y para ser completamente sinceros, es lo que pretendo. No hay nada como una sentencia que rompe esquemas dicha con propiedad como para (1) captar la atención de la audiencia y (2) crear un impacto emocional que ayude a recordar esa sesión.

Volviendo a la frase propósito de este post, es cierto que no se puede motivar a nadie. Lo que pretendo poner en evidencia es que la motivación es un proceso interno e individual a través del cual las personas tratamos de cubrir unas necesidades que nos queman por dentro. Y esa necesidad, que actúa como combustible, hace mover nuestro motor que es la motivación. Más potente sea el combustible (necesidad) más marcha tendrá mi motor (motivación). Pero tanto uno como otro, están dentro de nosotros, nosotros alimentamos nuestro propio motor.

Y entonces, ¿en qué lugar quedan los formadores? ¿y los líderes? ¿no nos han enseñado siempre a motivar? Yo abogo porque dejemos de dar cursos sobre “cómo motivar” y los cambiemos por “cómo ayudar a que la gente se motive”. En realidad, en todos esos cursos se enseñan tácticas, recursos y contextos para que otros se motiven. Así que puedo aplicar todo mi arsenal de motivación, pero finalmente el resultado dependerá del sujeto a motivar. Esa es la gracia. Que no somos omnipotentes sobre otras personas, por eso a veces las estrategias de motivación no funcionan, por eso las marcas no siempre consiguen colocarnos lo que quieren, por eso un líder no puede convencer a su equipo de que hagan cualquier cosa que se le ocurra.

Para los que se pregunten cómo se sale del shock colectivo que comenté al inicio, os diré que finalmente los maestros acaban asumiendo sus limitaciones y responsabilidades. Y es un alivio para ellos cuando descubren que no toda la culpa es de ellos. Y esto es algo que muchos maestros deben aprender para empezar a quitarse el habitual estrés del sector.

Soy Ivan Carnicero, experto en comunicación y formador por vocación. Me dedico a ayudar a empresas y profesionales con su comunicación estratégica para ser más productivos, vender más o liderar con eficacia.
  1. Gabriel Reply

    Evidentemente la responsabilidad del resultado finalsiempre es
    del alumno, pero pienso k esta posicion es pasota y poco
    comprometida con la profesión de docente. Si el profesor no
    Tiene como funcion motivar, se queda sin trabajo, pues, sino la
    enseñanza siempre podria ser autodidacta…

    • Ivan Reply

      En mi opinion, no es una visión pasota, más bien al contrario, es la posición en la que el formador es más consciente de su función y por lo tanto tiene energía y estrategia para despertar la motivación del alumno. La visión de responsabilidad total conduce antes a la frustración y a la rendición. Los formadores frustrados y sin control emocional sobre sus alumnos son los mensos eficaces. Yo creo que el formador tiene que ser consciente de sus limitaciones, no sólo por su salud mental, sino también porque debe ser capaz de transmitir al alumno que él tiene la responsabilidad principal en su aprendizaje. Hacer creer a los alumnos que ellos sólo tienen que dejarse hacer y que tienen que llegar y esperar a que les motiven no es el ambiente más motivador… Entiendo tu reflexión, yo sólo le doy una vuelta al discurso clásico porque me gusta provocar para hacer reflexionar. SImplemente antes que decir que “el profesor tiene como función motivar” prefiero decir “tiene como función que los alumnos se motiven”.

  2. Cristina Morales Reply

    .. La motivación proviene del alumno, esta claro, los formadores, ni ningún otro profesional, no pueden insuflar motivación como un elemento único. Pero es cierto que la motivación aparece si hemos desarrollado una sesión tan potente y tan ajustada al alumno que ha generado reflexión, una reflexión sobre su propia experiencia o una opinión sobre la de otros. Si el contenido un nuestra didáctica personal “llega” al alumno la motivación aparece como una consecuencia y nos sirve de control al respecto de nuestras actuaciones.
    Gracias por el post Iván.

    • ivan carnicero Reply

      Gracias a ti por aportar tu punto de vista! 🙂

  3. Luis Razo Reply

    Muy cierto, Ivan. Los seres humanos somos muy complejos.

    • ivan carnicero Reply

      Gracias por tu apunte Luis! Tienes razón, lo más difícil de nuestro trabajo es que cada es persona es diferente pero a su vez, lo más sencillo de nuestro trabajo, es que todos somos personas, así que no somos tan diferentes. 😉

  4. Emma Dalmases Reply

    Hola Ivan,

    Me ha encantado este post. Llevo un tiempo como profesora de interpretación para empresas y también particulares. Al principio, asumía la responsabilidad absoluta de la motivación de los alumnos. Con el tiempo descubrí que la motivación externa es efímera, la buena motivación es la que sale de dentro, la que proviene de la energia del propio individuo, de sus objetivos y su manera de ver las cosas.
    Ahi estamos! acompañándonos!:)

    • ivan carnicero Reply

      Sí, Emma, en mi experiencia como formador de formadores, una de las causas habituales de burnout es consecuencia de cargar con toda la responsabilidad del aprendizaje. Establecer unos límites reales de tu responsabilidad es una de las claves para evitar frustraciones profesionales y personales. Gracias por participar!

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